martes, 7 de agosto de 2007

Potencialidad del cultivo de Berries en Ñuble

Por Felipe Hidalgo, director Berries of Chile.
Rural, abril de 2007.


El profesor del Agribusiness Center de la Universidad de Harvard, David Bell, dijo en el mes de octubre en nuestro país “lo que Chile tiene que hacer es dedicarse 100% a la agricultura intensiva, aprovechando su condición de isla fitosanitaria que permite agregar valor a sus productos.

Los berries orgánicos debieran ser el producto estrella de Chile en los próximos años”. La situación actual en la provincia de Ñuble, en lo que al cultivo de berries respecta es auspiciosa. Al momento, más de 1000 hectáreas plantadas de arándanos, más de 1000 de frambuesas, los primeros aprontes de zarzaparrilla, marionberries y murtilla, hacen pensar que la provincia tiene un promisorio futuro en su agricultura local.

¿Cuál es la potencialidad de nuestra provincia?
Desde luego el clima, la tierra, el buen número de exportadoras y procesadoras en la zona, el número creciente de viveros, la posibilidad de poder plantar berries en poca superficie de terreno (ya que estamos hablando de agricultura intensiva) y en algunas comunas y localidades, la presencia aún abundante de mano de obra para la temporada de cosecha.

Todas estas características son ventajas comparativas que tenemos que aprovechar para seguir creciendo. No es bueno pensar que los berries son “un secreto” y que “no hay que pasar el dato”, eso es signo de inmadurez de un sector productivo que como ocurre en toda industria nueva es parte de una primera etapa.

Lo hemos visto con el vino y con la palta, en que en un comienzo cada actor de la cadena o cluster, trabajó de manera aislada y frente a la adversidad de un momento determinado como la caída del dólar o el aumento de la oferta, se han tenido que unir y abordar estrategias conjuntas o sectoriales de producción, promoción y comercialización.

Los desafíos de la provincia creo que tienen que ir en esa dirección: no tener miedo a unirse, no tener miedo a crecer, recordando siempre que las hectáreas arables en Chile son pocas (en palabras del profesor Bell somos un macetero), seguir mejorando las BPA y demostrar que la trazabilidad en la provincia es ya una realidad. Los esfuerzos del sector público, además, debieran ir en el sentido de apoyar al pequeño agricultor campesino en el emprendimiento de pequeños huertos familiares de berries en toda la gama de sus variedades.

Hay que recordar que con pocas hileras de berries se pueden obtener más utilidades que con una o 2 hectáreas de papas o trigo. La provincia tiene todo para convertirse en un referente nacional en la producción de berries.